domingo, 11 de enero de 2009

ESCUCHEMOS A NUESTRA VOZ INTERIOR

EL TIGRE Y LA LIEBRE


Un día, dando un paseo por el monte, un joven vio, sorprendido, que una pequeña liebre le llevaba comida a un enorme tigre malherido que no podía valerse por sí mismo. Se impresionó tanto al ver este hecho, que regresó al día siguiente para ver si el comportamiento de la liebre era casual o habitual.
Con sorpresa pudo comprobar que la escena se repetía, la liebre dejaba un trozo de carne cerca del tigre.
Pasaron los días y esto se repitió de modo idéntico, hasta que el tigre recuperó las fuerzas y pudo salir a procurarse comida por sus propios medios.
Admirado por la solidaridad y cooperación entre los animales, el joven se dijo:
-No todo está perdido. Si los animales son capaces de ayudarse de ese modo, con más razón podremos hacerlo las personas.
Y decidió intentar una experiencia, se tiró al suelo, simulando encontrarse en un estado de extrema pobreza y se dispuso a esperar a que pasara alguien y lo ayudara.
Transcurrieron las horas, llegó la noche y nadie se acercó. Estuvo así durante todo el día siguiente.
Ya se iba a levantar decepcionado, con la convicción de que la humanidad no tenía el menor remedio. Llevaba en su ser la desesperanza del hambriento, la soledad del enfermo y la tristeza del abandono. Su corazón estaba devastado, casi no tenía deseos de moverse. Entonces oyó que una hermosa voz, muy dentro de él le decía:
-Si quieres encontrar a tus semejantes, si quieres sentir que el mundo vale la pena, si quieres seguir creyendo en la humanidad, deja de hacer de tigre y simplemente sé la liebre.

Autor anónimo

Para cada uno de mis queridos estudiantes

Gracias por todo lo que hiciste por vos, los demás, y especialmente por mi, porque me ayudaste a ser cada día un poquito mejor y a seguir pensando que vale la pena esta profesión. Te quiero y te respeto mucho. Hasta siempre.

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