DIFERENTE Y ESPECIAL
¿DE QUÉ SE TRATA?
"La obsesión por la unidad ha sido constante en la historia del pensamiento occidental. Parménides, que propugnaba la unidad del ser, le ganó la batalla a Heráclito para quien el principio era la variedad, el conflicto, el cambio. El pensamiento ha querido tenerlo siempre todo claro: ha venerado la verdad y ha rechazado la opinión. El mito de una armonía total y última ha vertebrado todos los sueños utópicos que quisieron subsimir la riqueza de la variedad humana bajo un solo proyecto supuestamente racional. La manía de la unidad nos ha impedido aceptar de buen grado lo diverso. Pese a que vivimos en tiempos de exaltación de las diferencias, éstas en la práctica y especialmente en la práctica cotidiana se toleran mal, la diferencia es buena cuando es la propia, pero deja de serlo cuando es del otro, más aún cuando ese otro, en lugar de permanecer lejos para no molestar se atreve a invadir lo nuestro.” (*) Por lo tanto creemos que es el momento de transmitir nuestro pensamiento y aclarar el concepto en relación a una escuela para chicos diferentes o especiales.Si como docentes no creyéramos que cada niño es diferente y especial, no tendría valor nuestro proyecto. Si creyéramos que los conceptos que se transmiten deben ser asimilados por todos de igual manera, como verdad, sin cuestionarlos, no tendría valor nuestro proyecto. Si no creyéramos que cada niño tiene la posibilidad de crecer y desarrollarse superando sus dificultades, no tendría valor nuestro proyecto. Si no podemos ver, escuchar, estimular, descubrir, sorprendernos, hacer distinción frente a las diferencias, trabajando desde lo que los niños pueden para acompañarlos a recorrer el camino del aprendizaje, que es mucho más que conceptos intelectuales, no tendría valor nuestro proyecto.
Diferenciar hace que se desarrollen las capacidades especiales que alimentan las ciencias y las artes, hace también que cada uno pueda encontrar, con sus diferencias, el propio proyecto de vida.
(*) Fuente : “ Los valores de la educación “
¿DE QUÉ SE TRATA?
"La obsesión por la unidad ha sido constante en la historia del pensamiento occidental. Parménides, que propugnaba la unidad del ser, le ganó la batalla a Heráclito para quien el principio era la variedad, el conflicto, el cambio. El pensamiento ha querido tenerlo siempre todo claro: ha venerado la verdad y ha rechazado la opinión. El mito de una armonía total y última ha vertebrado todos los sueños utópicos que quisieron subsimir la riqueza de la variedad humana bajo un solo proyecto supuestamente racional. La manía de la unidad nos ha impedido aceptar de buen grado lo diverso. Pese a que vivimos en tiempos de exaltación de las diferencias, éstas en la práctica y especialmente en la práctica cotidiana se toleran mal, la diferencia es buena cuando es la propia, pero deja de serlo cuando es del otro, más aún cuando ese otro, en lugar de permanecer lejos para no molestar se atreve a invadir lo nuestro.” (*) Por lo tanto creemos que es el momento de transmitir nuestro pensamiento y aclarar el concepto en relación a una escuela para chicos diferentes o especiales.Si como docentes no creyéramos que cada niño es diferente y especial, no tendría valor nuestro proyecto. Si creyéramos que los conceptos que se transmiten deben ser asimilados por todos de igual manera, como verdad, sin cuestionarlos, no tendría valor nuestro proyecto. Si no creyéramos que cada niño tiene la posibilidad de crecer y desarrollarse superando sus dificultades, no tendría valor nuestro proyecto. Si no podemos ver, escuchar, estimular, descubrir, sorprendernos, hacer distinción frente a las diferencias, trabajando desde lo que los niños pueden para acompañarlos a recorrer el camino del aprendizaje, que es mucho más que conceptos intelectuales, no tendría valor nuestro proyecto.
Diferenciar hace que se desarrollen las capacidades especiales que alimentan las ciencias y las artes, hace también que cada uno pueda encontrar, con sus diferencias, el propio proyecto de vida.
(*) Fuente : “ Los valores de la educación “
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